La circulación de la información es uno de los principales retos del proyecto. En el contexto de una crisis sísmica, es necesario mejorar el proceso de recuperación de la información para acelerar la toma de decisiones y optimizar las respuestas. El proyecto aboga sobre todo por una mejor consideración de los testimonios de los terremotos. Estos testimonios pueden revelar información valiosa sobre la situación en los territorios afectados por un terremoto, pero también sobre su intensidad, y deberían utilizarse en tiempo real, especialmente a través de las redes sociales.
La comunicación entre la población y los gestores de crisis es un punto esencial que tiene que prevalecer en el proyecto. Los diferentes socios están desarrollando una aplicación de smartphone para uso del público en general que permite a cualquiera compartir su percepción de un terremoto que ha ocurrido y diagnosticar los daños que el terremoto ha causado a un edificio o a un municipio. Una vez más, el objetivo es simplificar y acelerar los intercambios entre los actores de la gestión de crisis y los territorios afectados. Los teléfonos móviles de hoy en día son herramientas para lograr una comunicación óptima.
El proyecto también está desarrollando una herramienta automática capaz de generar, en los minutos posteriores a un terremoto, un escenario de daño basado en la intensidad del fenómeno (a través del "ShakeMap"). Esta herramienta permite, en particular, que los responsables de la gestión de crisis elaboren evaluaciones provisionales de los daños incluso antes de haber recibido las reacciones sobre el terreno y anticipar las decisiones que deben tomarse.
El proyecto tiene por objeto mejorar la difusión de información durante una situación de crisis a fin de facilitar su gestión a todas las partes interesadas.